¿Tienes tu motocicleta lista para este invierno?
El invierno no solo impone una conducción adaptada, sino también unas obligaciones complementarias, tanto para rodar con seguridad como para preservar nuestra querida montura de la corrosión. No olvidar mantener engrasados los órganos móviles. El frío vuelve rígidos los mandos, provocando una menor precisión y una posible ruptura de cables usados (embrague, acelerador, contador, freno en las motos antiguas). Si es posible, desmontar las piezas antes de lubrificarlas y muévalas para permitir que la grasa penetre. Vigilar también los ejes de los pedales. El frío hace que la humedad permanezca en las terminales y conexiones eléctricas del faro. Pulverizarlas con un producto anticorrosivo (limpiador de contactos). Engrasar la cadena con mayor frecuencia: no le gusta la humedad y menos todavía la sal. En general, la sal corroe muy rápidamente todos los elementos metálicos. Después de cada salida, limpiar con la manguera y agua fría los bajos de la moto. ¡Sobre todo no utilices agua caliente! El agua caliente disuelve la sal y la hace penetrar por todas partes, mientras que el agua fría la convierte en gordos cristales de sal. Piensa en el estado de tus neumáticos: profundidad del dibujo adaptado a las carreteras mojadas (menos de un 50 % de desgaste) y presión adecuada (sobre inflarlos no sirve). Tener especial cuidado con las gomas hipersport que son durísimas hasta que no alcanzan su temperatura ideal, algo casi imposible de alcanzar en invierno. Protege los cromados: ellos tampoco aprecian la sal. Dale al conjunto de la moto un producto protector « carrocería y aleaciones », salvo los frenos y el tubo de escape, ¡evidentemente! Cuidado con los frenos, se gripan fácilmente. Si es posible, pasar el interior (del lado de los pistones)
con un limpiador de frenos (desengrasante), y limpiar después con aire a presión (en la estación de servicio si no tienes compresor en caso). Y evita las plaquetas de frenos «racing» muy abrasivas. Comprobar la batería cada mañana. Reemplázala antes de quedarte tirado o invierte en un cargador especial moto de carga lenta. Comprueba las bornes y, si es necesario, engrásalas. Una batería soporta bien el frío si está permanentemente cargada; conserva una corriente de carga óptima cepillando las conexiones y protegiéndolas contra la corrosión (parafina o vaselina sólida). ¡Las suspensiones tienen que ser blandas! Un amortiguador duro reduce la adherencia en suelo deslizante. Se puede mantener el reglaje del muelle (valor de base), pero el hidráulico del amortiguador debe ser más blando. Un « check-up » completo en tu concesionario habitual es muy recomendado. Fuente